miércoles, julio 30, 2008

FELICES VACACIONES!!... mas o menos..;)

Tengo un amigo que se pasa casi todo el veranito veraneando, viajando...
Dice que no es un viajero, es un viajado, porque está muy viajado, y que ha estado en todas partes, excepto en el infierno y en el jardín del edén, por motivos obvios, aunque asegura que ha visto algunos cuadros y ya se hace la idea, de manera que puede contar con detalle de qué va la cosa..
El viajado es de ésos que, sabiendo que estarían mucho mejor en su casa, se empeñan en trasladarse a lugares que estarían mucho mejor si él -y los que son como él- no los visitaran.
Empezó a cultivar esta afición viajando con el colegio al parque de atracciones y a Irún...
A fecha de hoy, ha ampliado tanto sus horizontes que ha conseguido quedarse sin horizontes:

-"Me cuesta trabajo buscar un destino para mis vacaciones -asegura con todo su morro- porque ya he estado en casi todos lados"
- "¿¿Has probado a irte a la porra??", piensa una, y luego se calla por si el viajado le pregunta más detalles o le pide algún folleto ilustrado..

El viajado es una de esas personas a las que les preguntas:

- "¿Qué tal tu viaje?", y él va.... ¡y te lo explica!! ¡y con fotos y todo!!.

.. Bueno, estoy muy contenta, nos vemos a la vuelta!
...prometo fotos;;))

Felices vacaciones!

domingo, julio 06, 2008


La alegoría de Pakhom.

Leon Tolstoi, el brillante novelista ruso, dejó relatos increíbles sobre la pérdida de valores y el riesgo del deterioro moral de la sociedad y su fracaso en la persecución de metas y objetivos que tienen muy poco que ver con la auténtica felicidad..

Se llama la alegoría de Pakhom..


Este es el nombre de un campesino que desde la muerte de su padre sueña con tener un terreno tan grande como las vastas propiedades que poseen los más ricos miembros de la nobleza rusa. Siempre piensa y dice que si algún día cumpliera ese objetivo se sentiría, por fin, verdaderamente feliz y satisfecho.
Un día, Pakhom salva al hijo del hombre más rico de Rusia de morir ahogado. El padre del niño, emocionado, le ofrece en pago un regalo sorprendente: le concederá, sin costo, todo el terreno que él mismo pueda rodear corriendo por su propio pie, entre la salida del sol y el ocaso.

Pakhom acepta agradecido y se dispone a aprovechar la gran oportunidad que las circunstancias le han ofrendado.
Al amanecer del día elegido, Pakhom está preparado para la que será la más importante carrera de su vida. Tiene su recorrido trazado en la mente, arrancar hacia el sur, subir el monte, bajar por la ladera oeste, la más escarpada, y cruzar el río, correr lo más que pueda hacia el norte hasta que el sol comience a descender y en ese momento dando la vuelta por detrás del viejo molino volver al punto de salida. El plan es perfecto, esa misma noche será inmensamente rico...
Podrá jactarse con sus amigos de tener más tierra de la que necesita.
La orden de partida llega, Pakhom comienza a correr a una velocidad vertiginosa, sabe que cuanto más rápido corra y más lejos llegue, mayor será su recompensa. No
se detiene a comer ni a beber, no ve más que el camino trazado hacia adelante.
Corre y corre y corre...
El tamaño de su propiedad aumenta a cada paso. Finalmente cuando el sol se acerca al horizonte y las sombras empiezan a envolver el valle, Pakhom avanza hacia la meta y la cruza victorioso. Todo el pueblo aplaude, pero él no sonríe; al dar su último paso, Pakhom cae... Los vecinos se acercan, pero no pueden reanimarlo.. Ha muerto de agotamiento.
Como dice Tolstoi, toda la tierra que necesita es la que ocupe su cuerpo sin vida...

**Leon Tolstoi**

Quizás sirva de absurdo consuelo, esto de saber que las conductas autodestructivas como la de de Pakhom, no son nuevas. No las hemos inventado nosotros..


Imágenes;

El Encinar .. Mallorca


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